7/26/2009

Momentos

Hoy aunque lo intente no se me olvida. Sigo siendo la misma loca.
He abierto la jaula de unos sueños que llevaban demasiado tiempo encerrados y me he topado con un nuevo reto que afrontar con entusiasmo.
He echado a volar el último pájaro de ilusión que guardaba bajo llave, con recelo; pero antes de soltarle le he hablado dulcemente, al oído, susurrando. Le he pedido que vuele muy lejos, le he ordenado que no se deje matar por ningún pistolero enfurecido.
Puede que no fuera el momento oportuno, pero si me parase a buscarlo seguramente lo perdería, y tenía en el corazón demasiadas ganas de volar y yo ya no podía seguir teniéndolo encerrado en esa jaula, que ya se quedaba pequeña y monótona.
Un salto, ha desplegado las alas y ha cantado... de repente le he sentido temblar, se ha girado y me ha cogido la mano; me ha pedido que le acompañara. Ha prometido volverme a enseñar a volar. Cada vez más lejos.

7/20/2009

Gris

Todo está vacío, todo está mudo.
Hoy cada cosa está callada
extendida sobre el fondo de este mar.
Escucho lo que ya no existe. 

7/17/2009

Presencias (II)

Capítulo 4
Lo había entendido. Conseguía entrar en mi mente sin descomponerse mientras yo estaba luchando con su mirada para captarle al menos uno de sus secretos, había adivinado mis pensamientos.
¿Quién era ella y porque me tenía allí fija como si fuera de vital importancia encontrar un punto de contacto?
Tenía la temerosa sensación de que quizás no quería saber realmente quien era, estaba ya agotada. Las fuerzas se me iban cada vez un poco más y extraños pensamientos vagaban cada vez con más importancia por mi cabeza.
Miedos, sueños, tristeza y felicidad empujaban prepotentemente mi alma, como si su presencia hacía que mi protección se estuviera desquebrajando. 
Mientras una lucha de emociones se fraguaba dentro de mí encontré un ligero alivio en la oscuridad de esa mirada y, como si mi cuerpo hubiese sido transportado a otra dimensión, durante una fracción de segundo, sentí la sensación de encontrarme en otro lugar.
Capítulo 5
Desconocido e irreal. Los contornos de las cosas se esfumaban perdiéndose en un escenario en el que todo tenía la extraña consistencia del mundo onírico.
Pero en aquella niebla variopinta, mis sensaciones si hicieron imprevisiblemente más fuertes, cada vez más, hasta emborracharme.
Estaba feliz.
Una felicidad nueva porque era irreal: una proyección de todos mis deseos profundos.
Los deseos de toda mi vida se estaban encontrando en esa extraña dimensión y se encajaban construyendo, en pocos minutos, todo lo que nunca habría podido vivir.
¿Era ese su mundo?
Posible: poder escapar de vez en cuando a una existencia paralela para colmar las lagunas que nos han impuesto. ¿Por la vida?
El escenario que tenía en frente era fascinante: brillante y oscuro al mismo tiempo.
Capítulo 6
Cada objeto, cada personaje de esa dimensión, parecía extrañamente real, familiar; pero cuando intentaba acercarme, los bordes comenzaban una lenta metamórfosis.
Todo se diluía con delicadeza, come los colores de un cuadro recién pintado debajo de una lluvia de primavera.
Y después de la lluvia, solo una sensación quedaba viva: perfumes, olores que se hacían intensos dejándome el único recuerdo sensible de lo que mis ojos ya no conseguían ver.
Un viento ligero me acariciaba quemándome ligeramente el rostro, lleno de furia me atravesaba confundiendo mis sentidos.
A los perfumes se les sumaba el eco de voces lejanas: sonidos y perfumes eran lo que quedaba de mi visión, pero todavía intensamente presentes en el improbable destino en el que me había perdido.
Después, al final de la percepción... un resplandor azul.
Estaba de nuevo en la habitación y ella, la extraña, me miraba y sus ojos estaban llenos de lágrimas, como los míos.
De repente la noción de la comprensión.
La extraña me había permitido ver a través de su alma, e asomándome en los torcidos recovecos  de ese mundo, había degustado la verdad celosamente celada por el fino e impenetrable velo de la apariencia.
Estaba exhausta, como si hubiera recorrido el camino hasta el fin del mundo.
La extraña seguía observándome, los ojos todavía velados. 
Me alejé del espejo y salí de la habitación. 

7/13/2009

Presencias

Capitulo 1
El rojo-amarillento del amanecer comenzaba a ser vencido por el azul intenso de la mañana cuando entré en la habitación; una leve claridad se filtraba a través de las cortinas.
Solo recuerdo haber sentido la presencia, de haber levantado la mirada... y ella estaba allí, inmóvil, en frente mío, mirándome como si lo hubiera estado haciendo ya desde hace varias horas.
No tenía ni idea de quién era esa mujer, ni porqué tenía esa mirada ausente y penetrante, pero, al mismo tiempo, algunos rasgos de su cara me sonaban familiares.
La luz de la habitación no era mucha, así, en la penumbra, tenía la sensación de poder observarla sin vergüenza. 
Ella seguía mirándome, como si supiera perfectamente los pensamientos que merodeaban en mi cabeza.
En sus ojos había signos de incomprensión que se juntaban con una existencia confusa. ¿Quién era ella? Su vida parecía estar dividida y sólo una pequeña parte la pertenecía a ella. El sufrimiento, ya casi sofocado, se podían vislumbrar en la profundidad de la penumbra que invadía el cuarto.
La desnudez se cubría por lágrimas que dejaban entrever una mirada de dulzura que brillaba. Eran los rabillos de los ojos los que se volcaban ligeramente hacia la consciencia de mi presencia y se escondía la ternura tras las ganas de esconderse y decir sólo lo que se quiere.
Era como la sensación de introducirse en un túnel tan largo que no se pudiera ver el final, cada vez más oscuro; era impresionante como conseguía excluirme y hacerme parte de su mente sin deshacerse. 
Capitulo 2
No sabía si delante tenía a una persona o a un millón; me encontraba en un laberinto llego de pequeñas señales improbables.
Un suspiro de verdad: la extraña me estaba abriendo un hueco inesperado.
Su mundo era precario y su visibilidad, como la de un fantasma, era solo a trozos, como si estuviese intentando aprender a vivir en la confusión de una realidad en la que no se sentía integrada.
Me daba cuenta de que había cambiado la expresión de la cara; sólo ahora que empezaba a inmiscuirme en los oscuros agujeros de su alma.
Su cara tenía que ser observada muy atentamente porque dos mundos diferentes formaban parte de un mosaico muy particular; no se sabía exactamente por donde se filtraba la manifestación visible de su ser. 
La melancolía se dejaba ver a través de una mirada, incluso cuando la extraña dejaba escapar una tímida sonrisa.
La luz de sus ojos traicionaba la línea de sentimientos contrastantes que, probablemente, atormentaban su alma.
Capitulo 3
Serenidad e inquietud en una extraña mezcla y la sensación de que nunca sería capaz de entenderla.
Me gustaría haberla pedido que me contase algo, aunque fuese un sólo episodio de su vida. Me hubiese gustado escuchar su voz pero no era capaz de emitir ni un solo sonido de mi boca mientras que intentaba construir frases hipotéticas con las que hacerla partícipe, en la esperanza de que ella estuviera haciendo lo mismo conmigo.
Casi sin darme cuenta, levanté la mirada y ella me estaba mirando: la boca ligeramente curvada en una sonrisa tímida y sarcástica al mismo tiempo que unos ojos gloriosos por la victoria. 

7/08/2009

Veinte mil


Será que tengo esta vieja hambre de amor, inextinguible. Será que mi piel se rompe como un pañuelo de papel, y otra vez puedo mirarme, mirarme dentro, con la necesidad de no derrochar nada.




"Llevaba todo el día sentado sobre ese muro, había recorrido la larga parábola del sol aburrido de julio, despiadado sobre el asfalto de ese pueblo desierto. 
Veinte mil euros en el bolsillo, una necesidad y un deseo. La necesidad de alimentar a la bestia que arañaba su corazón desde dentro; el deseo de encontrar a alguien con el que compartir la hazaña de alargar un día más la espera, la esperanza de un día mejor, de ese instante que cambia la vida para siempre. 
Esperaba... sobre el muro apoyaba toda su vida de forma distraída. Su débil sombra se alargaba cada minuto que pasaba, escupiendo los minutos como si fueran semillas de amargura. 
La gente volvía de la playa y reía. Èl, siempre ahí, esperaba la tarde que extrañamente tardaba, la bestia ahora feroz que desde dentro gritaba..."



7/06/2009

(Des-)Ilusión

No hay felicidad.
No hay escalofríos.
No hay nada.
Silencio. Miedo. Oscuridad.
Y se llora de rabia.
Se llora porque a veces no es culpa nuestra, o de nadie, y no se querría hacer sufrir a nadie. Y te sientes mala, irreconocible.
Preguntas, demasiadas preguntas para esconder la unica verdad que ya se conoce.
Pero admitirla es otra cosa. Admitirla significa dar la vuelta a la esquina y cambiar de calle.
Después de buscas. 
Te miras en el espejo.
No te encuentras.
Hay otra. 
" Crucé la calle hacia la otra acera con una sensación de certeza que me atrapaba los pulmones, devorándome por dentro. El agua convertido en hielo, la necesidad en soledad. 
Sus ojos me atravesaban mirando mucho más atrás, sin apenas notar que yo estaba ahí. Ausentes, sin percatarse de mis señales, de mis esfuerzos desesperados porque volvieran aquí; por traerlos de vuelta.
Tras la capa de talco que cubría todo su rostro y sus labios aún se podía vislumbrar un halo vencido de existencia.
Sus latidos ya no eran constantes, desmayado, aguantando para no resquebrajarse.
Algunos dijeron que enfermó de cansancio, que estaba exhausto. 
En cambio, yo sigo creyendo que lo hizo por desilusión. "

7/05/2009

¿Por qué escribo?

Me siento en la cama, con el ordenador delante, con una carpeta sobre la que sólo se apoya un papel. Y en mi mano un lápiz; con goma de borrar para todas las palabras mal ubicadas. 
Con una sola compañera. La soledad.
Puede ser que sea cierto que esté loca, pero sólo podría afirmarlo si conociese los límites entre la locura y la cordura, esa estrecha línea que separa los mundos entre los que me muevo, en los que yo también tengo derecho a soñar.
Escribo simplemente porque busco respuestas, porque mi cabeza es una ráfaga de ideas y claridad absoluta cuando lo hago. Porque llega la noche y tengo tantas cosas acumuladas dentro que no dejan que me duerma.
He descubierto que es un vicio solitario, algo que te engancha y que se convierte en la vía de escape de todos esos momentos que me gustaría borrar de la memoria. 
Escribo porque me gusta soñar, y porque soñar es gratis. Porque todo lo que imagino es aquello que falta en mi realidad.
Y no es más que mi autismo, mi ausencia y mi necesitad de realizarme constantemente las que hacen que siga escribiendo palabra tras palabra.
Me siento un bicho raro por no gustarme el bótox, por no querer salir de casa por las noche a los sitios de moda, por sentirme incómoda cuando me rodea tanta gente. Porque no soy capaz de aguantar conversaciones de besugos durante más dos minutos.
Resulta que son las personas que más cerca tengo las que no se dan cuenta realmente de lo que me pasa, de como soy, de que estoy pidiendo a gritos un poco de silencio a mi alrededor. 
Y es que solo cuando escribo es cuando me encuentro en una vida más allá, cuando pierdo la noción del tiempo y se desvanece la desilusión que habita dentro de un cuerpo cada vez más entumecido.
Es cierto que sueño despierta, que la nostalgia llena cada uno de los poros de mi piel y que la tristeza cada vez se hace más fuerte. 
Pero es que después de escribir sólo reina el silencio en mi cuarto y el vacío en mi cabeza. 
Mientras más me pierdo no dejo de encontrarme, pero nunca es tarde para seguir peleando, aunque haya carreras que parece que no tienen meta.
Me fascina pensar en poder encerrar la melancolía. Con mi coraje. Con mi indignación.
El tiempo nunca se detiene. El reloj no perdona a nadie.
Hay días en los que me gustaría ser más mediocre. 
Pero he tenido la suerte de cuestionarme a mi misma y a lo que me rodea; constantemente...

(Des-) Confianza

Dejar el mar hace que despliegue mis alas en un alarde de coraje. Aunque tenga vértigo cuando estoy al borde del abismo. 
Y si estaba esperando el momento oportuno. Era ese. 
Quizá sea el momento de ser un poco más valiente. Quizá sea el momento de creer un poco más en mi misma; aunque no sepa todavía qué significa eso. 

7/04/2009

Mirada perdida

Las notas de un pensamiento son las que observan una mirada verdadera, lo mismo que encuentro en los escalofríos de la pasión, lo que no encuentro en la realidad de un mundo que ve solamente el negro...
Lo que revivo en una simple ilusión.
Las notas de un pensamiento están dentro de una mirada perdida, no vista; son las que recogen los restos de un dolor en espera, son las que normalmente viven en la imposibilidad de tenerte... 
Dejándome la posibilidad de soñarte. 

7/03/2009

Miedos

Quiero arriesgarme a tener miedo.
Quiero que me abraces.
Quiero confiar y ahogarme en el vacío.
Vivir pensando
y sufrir viviendo.
Porque es parte de uno mismo.
Quiero volverme loca,
gritar al cielo
y sonreír estrellas. 
Tú conmigo.
Yo volando.

7/02/2009

Cierra



Cierra los ojos...
hazlo con un dulce sentimiento que no existe;
ciérralos pensando que un sueño puede aparecer.


Cierra los ojos en un dulce abrazo..
hazlo pensando que normalmente 
el atardecer se pierde en la noche.


Cierra tu mente...
deja atrás la realidad,
que te mira inútilmente.