7/06/2009

(Des-)Ilusión

No hay felicidad.
No hay escalofríos.
No hay nada.
Silencio. Miedo. Oscuridad.
Y se llora de rabia.
Se llora porque a veces no es culpa nuestra, o de nadie, y no se querría hacer sufrir a nadie. Y te sientes mala, irreconocible.
Preguntas, demasiadas preguntas para esconder la unica verdad que ya se conoce.
Pero admitirla es otra cosa. Admitirla significa dar la vuelta a la esquina y cambiar de calle.
Después de buscas. 
Te miras en el espejo.
No te encuentras.
Hay otra. 
" Crucé la calle hacia la otra acera con una sensación de certeza que me atrapaba los pulmones, devorándome por dentro. El agua convertido en hielo, la necesidad en soledad. 
Sus ojos me atravesaban mirando mucho más atrás, sin apenas notar que yo estaba ahí. Ausentes, sin percatarse de mis señales, de mis esfuerzos desesperados porque volvieran aquí; por traerlos de vuelta.
Tras la capa de talco que cubría todo su rostro y sus labios aún se podía vislumbrar un halo vencido de existencia.
Sus latidos ya no eran constantes, desmayado, aguantando para no resquebrajarse.
Algunos dijeron que enfermó de cansancio, que estaba exhausto. 
En cambio, yo sigo creyendo que lo hizo por desilusión. "

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LOCURA(S)