6/01/2010

(I) de Idiota o de Ibsen




-¿Cuál era la respuesta? - le preguntó Mónica cuando salió de detrás de la máquina de las bebidas.
Ál llevaba puestas las botas de fútbol todavía, estaba sentado en el suelo intentando desabrocharse los cordones mientras caían veinticuatro gotas de sudor por su frente y las heridas de guerra  aún escocían.
-¿La respuesta a qué? - le contestó girándose para mirarla. 
Ella se apoyó contra la reja de hierro oxidado que había a sus espaldas. Llevaba una trenza al lado derecho de su cara y sus pecas podían relucir gracias al sol sofocante de las ocho de la tarde. 
-Me he olvidado de contar hacia delante, Ál. - le dijo cuando le pasó el botellín de agua.
-¿Qué dices Monipenny?
Cogió un trozo de papel higiénico e hizo una bolita entre sus manos. 
-Que no lo dejes escapar.
-¿Qué dices? No entiendo nada...
-¿Si encesto vas a escuchar lo que te he dicho?
-Eres malísima al basket... se te da igual de mal que la química orgánica... - y consiguió librarse de sus zapatillas, se quitó los calcetines e hizo un amago de levantarse.
Ella se giró, le plantó un beso y cuadró la pelota blanca dentro de la papelera.
Touché.




Báilame el agua.
Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azucar. Sin aliento. 

(Báilame el agua)



7 comentarios:

  1. podria haber sido:
    I de Ilusa o I de ingenua

    Monica es una vandida asi como Alice es imaginativa pero todos tus personajes femeninos son ingenuas asi como tu lo eres seguramente.

    Pareciera q te extranara cuando no escribes.

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  2. Báilame el agua siiiiiiiiiiiiiii
    qué cantidad de películas has visto!

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  3. Si te tiras y tu paracaidas no abre, no vayas a soltar mi mano q yo traigo uno de repuesto.

    Pero tirate yaa!!! ja

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  4. Monica. - te presento a Alice, ella esta un poco chiflis, pero me gusta.

    Y yo -dijo Monica sorprendida
    Tu tienes a Alvaro. - dijo Raf riendose.



    (No te olvides de jack)

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  5. Me impactó esa película, Unax Ugalde me encantó. Y ese verso no se me ha olvidado, ya ves.
    Como siempre, un buen sabor de boca al irme.
    Un beso.
    LADY JONES

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  6. ¡¡aaaahh!!
    es increíble cómo un solo edificio puede contener tantos desencadenantes de emociones encontradas... ¡en una sola mañana!
    pocos metros que parecen kilómetros, centímetros que desearía que se esfumaran...

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  7. Me encanta el baile que hacen tus palabras sobre el agua...

    beso
    druida

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