5/29/2012

They just grow up... and they are so fulfilled.


Hacía tiempo que Caty había dejado de jugar a los playmobil. Había llegado un punto en el que le había dejado de interesar seguir uniendo los puntos del crucigrama, total, ya sabía que no podría llegar a descifrar un dibujo distinto y en ansia y la fatiga habían conseguido allanar a la bestia.
Se ponía los cascos mucho más de lo habitual, la música templaba su sangre evitando así que se tatuara, por quinta vez consecutiva, la idea de que cuanta más gente amas más débil eres. Ella había sido siempre puro instito de superviviencia y, aunque ahora se taponara los oídos y mordiera el alma, el corcel que anida dentro sigue queriendo relinchar de vez en cuando.
Ya no tenía encuentros, y no porque el destino no le llevase a ello sino porque los ojos no podían más que mirar al infinito y encontrar el blanco anacarado de la playa que se había tragado su alma como si un grano de arena se tratase.
No era turno ni siquiera para Álvaro que, cansado de intentar cambiar la situación, se conformó con cambiar la forma de enfrentarse a ella y así, esperar a que el monstruo despertara de nuevo y buscase nuevos vientres de los que alimentarse.



I thought I understood it, that I could grasp it, but I didn't, not really. Only the smudgeness of it; the pink-slippered, all-containered, semi-precious eagerness of it. I didn't realize it would sometimes be more than a whole, that the wholeness was a rather luxurious idea. Because it's the halves that halve you in half. I didn't know, don't know, about the in-between bits; the gory bits of you, and the gory bits of me.

(Like crazy)

5/11/2012

Llámame X y cuéntame un cuento.





-Te he dicho mil veces que no quiero soplar las velas. 
- Déjate de tonterías, me hace ilusión. ¿Tanto te importa?
- Me gusta así, que la cera se deshaga. Que nadie mate la llama, ni aunque sea un soplo sin esperanza. 











Los demás invitados estaban repartidos en grupitos por todo el salón. La mayoría de los chicos balanceaban rítmicamente la cabeza adelante y atrás, y las chicas dejaban vagar la mirada. Algunos tenían un vaso en la mano. Unos seis o sieta bailaban al son de A question of time . Mattia se preguntó cómo no les daba vergüenza moverse de aquel modo delante de todos, aunque luego pensó que era lo más natural del mundo, y por eso precisamente él era incapaz de hacerlo.

Denis le había dicho que los primeros contactos siempre son los mismos, como las aperturas de ajedrez. No es preciso inventar nada, porque ambos buscan lo mismo. Después el juego sigue su propio derrotero y es entonces cuando se necesita estrategia.

Recordaba, sí, aquel momento, pero había olvidado muchos otros, porque el recuerdo de las personas que no amamos es superficial y se evapora pronto.
(La soledad de los números primos - Paolo Giordano)