12/17/2012

El goce exige sequedad




La Navidad vuelve a llegar oscura, casi lúgubre. Por muchas luces que se empeñen que coronar la ciudad siempre quedará de fondo ese olor a lumbre de gruta profunda, de la que no querremos salir, asustados de lo que podamos encontrarnos fuera.




“-¿Sabe usted una cosa? -dijo el antigüedario-. Seguramente le voy a pagar un buen precio.
-Será una gran alegría para mí dijo Colin-. Todo me va mal ahora.
-Así es la vida. Las cosas no pueden ir siempre bien -dijo el antigüedario.
-Pero las cosas podrían no ir siempre mal-dijo Colin-. Se recuerdan mucho mejor los buenos momentos; entonces, ¿para qué sirven los malos?”
(La espuma de los días - Boris Vian) 


¡Ah! Las fotos siguen saliendo de O'connor is dead