5/07/2014

Necesito dormir seis meses seguidos. Día 2.



Sentía como si se le escaparan las cosas como si de un colador con los agujeros demasiado grandes se tratase. A decir verdad tenía la mirada enajenada de tan perdida y sus manos, delicadas y finas,  se entrelazaban creando un fantástico laberinto de fragilidad absoluta. Ella no se acicalaba el pelo como las otras, ni se pintaba las uñas, no usaba perfume más que un agua de naranja y rara era la vez que llevaba falda.

Pero no fueron sus ojos, ni su boca, los que me confesaron su secreto. Fue un leve temblor en los labios cuando, tras darle un mordisco a su nueva manzana, se giró esperando a que su cuerpo fuese observado. Intacto al tacto, pero arrasado por las heridas. Llagas que habían hecho que, por mucho viento que azotase, la veleta ni se inmutase.


"Hay días en los que la recuerdo y me pregunto, ¿qué estará haciendo? Hay noches, en cambio, en las que la extraño y me pregunto, ¿qué me estoy haciendo?"
(Mario Vargas Llosa)

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LOCURA(S)