2/12/2017

Perfect Strangers



Se marchó de la misma manera en la que había llegado, casi sin quererlo, oliendo las esquinas y esquivando los recovecos. Errático. Frenético.

Resulta que a veces la gente te marca momentos que sabes que nunca te abandonarán por muy lejos que te encuentres. No habrá vals suficientes, ni playas vacías, ni copas de balón, porque la tinta te habrá calado hasta el hígado hasta congelar ese trozo de corazón.
Le habrás regalado la parte superior derecha de un ventrículo que ya nunca más volverá a pertenecerte aún siendo tuyo y puede incluso que en alguna ocasión volváis a compartir un café como lo harías con cualquier extraño. Pero todo habrá cambiado.
No seréis vosotros si ya no existe vuestro momento. 
Porque en esencia no somos más que ese cúmulo de ocasiones destinadas a vivirse que esperan ser elegidas para quedarse, aunque la mayoría de ellas las dejemos marchar como ese tren en el que decidimos no subirnos.
Y de esa manera llegará la próxima primavera y el invierno habrá muerto junto con todos esos recuerdos que ya no tienen valor y vosotros volveréis a ser simplemente eso, unos perfectos extraños sin tema de conversación. 




"Puede pasar de todo, ¿verdad? Cualquier cosa. Puedes amar tanto a una persona que tan solo el miedo a perderla haga que lo jodas todo y acabes perdiéndola. Puedes despertarte al lado de alguien a quien hace unas horas ni siquiera habías imaginado conocer y mírate ahora. Es como si alguien te regalara uno de esos puzzles con piezas de un cuadro de Magritte, de la foto de unos ponys o de las cataratas del Niágara; y se supone que ha de encajar, pero no."
(Cosas que nunca te dije. Isabel Coixet)

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